Monday, March 7, 2011

La reliquia "diente de perro"

La reliquia "diente de perro"


Una anciana tibetana, practicante de Dharma, tenía un hijo comerciante, el que, por sus negocios, viajaba hacia la India con frecuencia.

Un día, su madre le dijo: "-India es el país del Buda Shakyamuni: por favor, tráeme alguna reliquia de El, que pueda servir de soporte para mi devoción-".

El hijo partió pero, acaparado por las preocupaciones de sus negocios, olvidó la súplica de su madre; y regresó con las manos vacías. Así, varias veces faltó a su palabra, y la madre languidecía por tener su reliquia antes de morir. Un día le dijo: "-Si de nuevo olvidas en tu próximo viaje, me quitaré la vida ante tus ojos-".

Pero el ocupado hijo olvidó de nuevo; y de regreso, al acercarse a la casa familiar, recordó las palabras de su madre. Temiendo que fuera a poner sus amenazas en ejecución, se preguntaba qué hacer. Al borde del camino, vió un cráneo de perro: le arrancó un diente, que envolvió con gran cuidado en una preciosa tela. De regreso a casa, dijo: "-Mira madre, lo que te traigo: un diente del Señor Buda en persona-". Su madre lo creyó; y encantada, puso el diente sobre su altar e hizo plegarias y ofrendas con gran fervor. Cuentan que el diente hizo aparecer perlas milagrosas, y que cuando la anciana murió, manifestáronse signos extraordinarios.

Un diente de perro no tiene en sí mismo ninguna influencia espiritual; pero la fuerza de la confianza de esta anciana, que lo consideró el diente de Buda, la hizo encontrarse con la influencia espiritual de las Tres Joyas. La influencia espiritual de las tres Joyas es omnipresente. Es la confianza la que nos abre a ellas.


In: Kalou Rinpoché, La voie du Bouddha selon la tradition tibétaine. Editions du Seuil 1993 p. 165


Translated from French by Luis Duverran , February 2011

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